Las disoluciones concentradas que no se utilizan normalmente, se guardan en el almacén del laboratorio. Con frecuencia estas disoluciones “de reserva” se diluyen antes de utilizarlas. La dilución es el procedimiento que se sigue para preparar una disolución menos concentrada a partir de una más concentrada.
Por Ejemplo:
Suponga que se desea preparar 1 L. de una disolución de KMnO4; 0.400 M a partir de una disolución de KMn04; 1.00 M. Para ello se necesitan 0.400 moles de KMn04. Puesto que hay 1.00 moles de KMn04 en 1 L (o 1000 mL) de una disolución 1.00 M, en 0.400 X 1000 mL o 400 mL, de la misma disolución, habrá 0.400 moles de KMn04:
Por tanto, se deben tomar 400 mL de la disolución de KMnO4; 1.00 M y diluirlos hasta 1000 mL. adicionando agua (en un matraz volumétrico de 1 L). Este método da 1 L de la solución deseada de KMnO4; 0.400 M.
Al efectuar un proceso de dilución, conviene recordar que al agregar más disolvente a una cantidad dada de la disolución concentrada, su concentración cambia (disminuye) sin que cambie el número de moles de soluto presente en la disolución. En otras palabras,
Puesto que la molaridad se define como los moles de soluto en un litro de disolución, el número de moles de soluto está dado por…
o Tambien…
M x V = Moles de Soluto
donde Mi y Mf son las concentraciones molares de la disolución inicial y final, y Vi y Vf son los volúmenes respectivos de la disolución inicial y final. Desde luego, las unidades de Vi, y Vf deben ser las mismas (mL o L) para que los cálculos funcionen. Para verificar que los resultados sean razonables, se debe asegurar que Mi > Mf y Vi, > Vf.